Dar para recibir

Por: Stella León

La Madre Teresa dio cátedra de liderazgo basado en valores y principios humanos fundamentales: la humildad, el perdón, el servicio, para mencionar tres esenciales. En su interacción con las personas mostró su capacidad de lograr cambios modificando conductas, influyó en otros para hacer bien, trascendió dejando su legado de bondad, misericordia y entrega por los más necesitados y creó relaciones de largo plazo, no solo en las que ella estaba involucrada, sino entre terceros.

La madre Teresa es un perfecto ejemplo de una gestión de Relaciones Públicas digna de emular.

El modelo de tan destacada líder religiosa se puede extrapolar a cualquier otra área de la vida. Pensemos por un momento en el mundo corporativo. Seamos capaces de visualizar altos ejecutivos capaces o no de torcer su brazo ante diversos puntos de vista. Ser capaces o no de aceptar sus errores. Ser capaces de reconocer que hay mejores formas que sus propios deseos. Ser capaces o no de brindar un mejor servicio para agradar y fidelizar a sus clientes.

El arte de las Relaciones Públicas es esa capacidad de construir relaciones que perduren, mostrando un interés genuino por agregar valor en cada contacto, lograr los propósitos y dejar una huella que invite a próximos y permanentes encuentros con la audiencia.

En toda relación con el público buscamos sumar. Aprovechar las experiencias de otros y compartir aprendizajes. De eso se trata cuando el interés se enfoca en conectar la marca con su audiencia, en el sentido de qué entrega la marca y qué recibe el público que tiene confianza en ella.

Una buena gestión de Relaciones Públicas procura justamente crear vínculos y generar una experiencia memorable. Es una labor que no se logra en pocos días, al contrario, es una cosecha que se abona sostenidamente y de manera consistente.

Independientemente de las técnicas y pleno conocimiento de las Relaciones Públicas la clave es entender que solo es posible desarrollar relaciones de largo plazo cuando la conexión con la conexión nace de los valores con los que la marca se identifica.