De influencer a influyente

Por: Vera Nova

Ser un verdadero influencer va más allá de acumular seguidores en redes sociales o recibir productos gratis. Como dice esta frase, «Influencer es aquel que quiere comer pizza gratis y pagarla con un post. Influyente es aquel que logra que miles de personas quieran pagar por esa pizza». Esta diferencia es clave para entender qué significa tener un impacto real.

Hoy en día, muchas personas con miles y millones de seguidores en redes no logran conectar auténticamente con su audiencia. Su influencia se basa en la visibilidad, pero no necesariamente en el cambio que logran generar en las personas. Un verdadero influyente inspira a otros, crea comunidad y provoca acciones significativas. Dale Carnegie, en su libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, lo expresó bien: «La única forma de influir sobre las personas es hablar de lo que ellas quieren y mostrarles cómo conseguirlo». Los verdaderos influyentes saben que no se trata de ellos, sino de lo que pueden ofrecer y cómo ayudan a que otros logren sus propios objetivos.

Un ejemplo claro de esto es Greta Thunberg. Aunque ahora tiene una gran presencia en redes sociales, su impacto real viene de su capacidad para movilizar a millones de jóvenes y llamar la atención sobre el cambio climático. Greta no busca ser una influencer para obtener beneficios personales; su mensaje trasciende las plataformas y genera cambios tangibles. Al igual que Carnegie, ella habla de lo que a las personas realmente les importa, y eso le ha permitido construir una influencia duradera.

La verdadera influencia no se mide por «likes» o seguidores, sino por el impacto positivo que dejas en los demás. Mientras el influencer busca el beneficio inmediato, el influyente transforma la vida de su audiencia a través de un mensaje genuino y valioso.