Por: Stella León
Los extremos no son buenos en ningún aspecto de la vida; excepto, para los atletas de deportes extremos. En lo que respecta a la gestión de posicionamiento de marca, cabe destacar que el adecuado balance de exposición de una marca nos permite navegar con cuidado y mesuradamente, así como visualizar el horizonte constantemente para detener la marcha si fuese necesario. Por tanto, “estar en todo o estar en nada” son posturas igualmente inadecuadas.
Con frecuencia escuchamos en nuestra práctica mensajes como “yo prefiero no estar en la foto”, “a mí no me gustan las entrevistas”, “yo voy a ese evento por necesidad, incluso lo evito de ser necesario”, y así sucesivamente. En el otro extremo están los que se exponen diariamente, incluso sin una estrategia clara, pues su propósito es estar a las buenas o a las malas, ser alguien sobre quien se dice algo de manera permanente.
Bien sabemos que dada la cantidad de canales disponibles en el infinito mundo del espacio digital es prácticamente imposible pasar desapercibido. Igualmente importante es saber que es mejor que tú hables de tu marca a que otros hablen de ella. Es decir, si no cuentas tu historia, otros lo harán por ti. También hay que destacar que una marca que no se posiciona no se vende; nadie compra lo que no conoce. Adicionalmente, el público en general aprecia más una marca que muestra su rostro humano que aquella que se escuda en campañas de publicidad, por mejores que estas sean.
La clave es cómo hacerlo.
Te invito a reflexionar sobre las acciones que estás realizando para proyectar tu marca. La comunicación es imprescindible, dedícale mente y alma sabiamente. Si no lo dices, nadie se entera.